cuándo cambiar los neumáticos

Cuando cambiar los neumáticos del coche es una de las preguntas que cualquier conductor se hace a lo largo de su vida junto a su vehículo. Se trata de una de las partes del coche que más importancia tienen, debido a que a su estado va ligada la seguridad del vehículo.

Su vida útil no se puede determinar fácilmente o de forma automática, ya que está relacionada con factores variables como el kilometraje, el diseño, los hábitos del conductor, el clima o los cuidados que tú como conductor les des a esos neumáticos.

Debes saber que todos los neumáticos cuentan con un indicador de desgaste en la banda de rodadura, también los de repuesto, que te indican cuándo cambar los neumáticos. Cuando el perfil del neumático llega a dicho indicador, será un momento innegable para cambiarlos, pero no el único.

Para intentar dilucidar cuándo es el momento de hacerlo, vamos a darte algunas claves que te servirán para acudir al taller más próximo y adquirir nuevos neumáticos. Recuerda que siempre es recomendable cambiarlos de dos en dos, para que no haya ningún tipo de descompensación en el mismo eje, según recoge el Reglamento General de Vehículos.

cuándo cambiar los neumáticos

Cuándo cambiar los neumáticos: guía básica

1. A los cinco años se recomienda revisión

Puede que no sepas identificar si tus neumáticos deben ser cambiados, por lo que debes dejar ese trabajo en manos de un profesional. De media, cuando los neumáticos cumplen cinco años deberían ser inspeccionados por un mecánico. A partir de ahí, una revisión cada año para comprobar que siguen en buen estado para circular. Esto coincide, más o menos, con los 30 000 kilómetros de circulación, tras los cuales los neumáticos estarán suficientemente gastados como para ser cambiados. Sin embargo, debes tener en cuenta que ese mismo número de kilómetros no los gastará igual si han sido recorridos por carretera que por ciudad.

2. Diez años máximo de uso

Como decíamos unas líneas arriba, la vida útil de un neumático va a depender de muchos factores, pero nuevamente de media, diez años de uso es el máximo que recomienda la mayoría de fabricantes. Puede que aparentemente tengan buen aspecto, pero pueden no ser seguros. Casi nadie llega a este límite de tiempo, ya que otros factores se encargan de provocar su cambio mucho antes.

3. Cuidados para alargar su vida útil

La forma en la que trates a los neumáticos de tu coche influirá determinantemente en la duración de estos. Es importante que revises la presión de los mismos cada mes y medio aproximadamente, para que sea la adecuada y el neumático no sufra; también la alineación o el desgaste de la banda de rodadura.

4. Comprueba la fecha de fabricación

Puede que desconocieras este dato, pero sí, los neumáticos vienen con fecha de fabricación. Es lo que se conoce como código DOT, que encontrarás en el flanco del neumático. Además, en el conjunto de números y letras de que consta, encontrarás información sobre la anchura del neumático, la estructura (radial, diagonal o cinturada), el ratio de altura y anchura, el diámetro de la rueda y el índice de carga.

5. La cristalización del neumático

Este fenómeno provoca que el neumático no se desgaste aparentemente, pero que el caucho se endurezca tanto que pierda sus propiedades para seguir circulando. Suele ocurrir cuando se trata de un vehículo de tracción delantera, de manera que todo el peso de la circulación recae sobre las dos ruedas de delante. Las ruedas traseras no se desgastan al mismo tiempo, ya que la fuerza motriz no está localizada sobre ellas.

La conclusión es que las ruedas de atrás se cristalizan, perdiendo agarre y capacidad de evacuación de agua. Para saber si un neumático se ha cristalizado, un buen truco es intentar hundir la uña en él: si lo consigues, todavía está en buen estado; si no, se habrá cristalizado.

6. El truco de la moneda

Esta quizá sea la forma más extendida entre los conductores para comprobar si sus neumáticos necesitan un cambio o todavía no les ha llegado el momento. Se trata del truco de la moneda, para lo que necesitarás una moneda de un euro.

Deberás ponerla de canto en cualquier parte del neumático para comprobar si el círculo dorado exterior de la moneda queda cubierto por el neumático. Si es así, la rueda está en buen estado; de lo contrario, cuanta más parte dorada se vea, peor será el estado del neumático.

Existen profundímetros para realizar esta comprobación, pero el de la moneda es un truco que nunca falla.

7. Fijarse en el dibujo de las ruedas

En relación con el punto anterior, fijarse visualmente en el dibujo que tiene el neumático será el primer paso para decidir si el cambio está cerca. Todos los neumáticos tienen una cenefa grabada que les permite tener más o menos adherencia al asfalto. Cuanto más definido y marcado sea el dibujo, mejor será el agarre. Entre 8 y 8,5 milímetros es la profundidad idónea para un neumático en buen estado.

Si se encuentra sobre los 4 milímetros, significará que el neumático está a mitad de su vida útil. Por debajo de los 2 milímetros no se considera un neumático seguro (concretamente, la ley fija en 1,6 milímetros el mínimo permitido).

8. Daños en el neumático

El simple paso del tiempo o el uso que se le haya dado a un neumático no son los únicos factores a tener en cuenta. Debes saber si durante su vida útil el neumático ha sufrido daños tales como pinchazos. También es una buena opción examinar si existe algún bulto o pliegue extraño en el flanco de la rueda, además de asegurarte de que la textura de las gomas interiores no sea áspera o tenga un desgaste anómalo.

Todos estos factores contribuyen al mal estado de la rueda y a su deterioro acelerado, indicándote cuando cambiar los neumáticos.

cuándo cambiar los neumáticos

9. No cambiarlos antes de tiempo

Con todo lo expuesto anteriormente, es importante resaltar que tampoco es una buena opción que los cambies antes de tiempo. Hay múltiples razones para ello, desde que un neumático totalmente nuevo consume más que uno desgastado (una cubierta con más goma necesita más energía que otra con menos) hasta que un neumático a mitad de su vida útil frena mejor que uno recién estrenado (con un 40 % de uso, puede reducir la frenada en 3 metros si va a una velocidad de unos 100 km/h).

Además, podemos aludir a la cuestión medioambiental, ya que cambiarlos antes de tiempo implica efectos perniciosos para el medio ambiente, con una emisión mayor de CO2 a la atmósfera.

Si tienes todos estos puntos en cuenta, podrás determinar el momento exacto para que sepas cuándo cambiar los neumáticos de tu vehículo, siempre con el asesoramiento de un profesional de la mecánica. Además, está el factor estacional, que implica el cambio de neumático en función de la época del año. Existen modelos para invierno y para verano y otros que reúnen las características de ambos y se denominan neumáticos para todo el año.

Es importante que te adaptes a las condiciones de conducción de tu zona.

Es decir, existen países en Europa del norte en los que son obligatorios los neumáticos de invierno, ya que las condiciones de nieve y hielo son tan extremas que la seguridad que ofrecen esos neumáticos no va a ofrecerla otra tipología de neumático. Sin embargo, en otros países su uso no es obligatorio, aunque sí recomendable. Los neumáticos de invierno aseguran mejor frenada en condiciones de carretera mojada, cuando la temperatura es baja.

Por ejemplo, para pasar de 80 km/h a estar parado y con 10 grados de temperatura, un neumático de invierno empleará 40 metros.

En el mismo caso, un neumático de verano o para todo el año necesitará más metros para detenerse. En este ejemplo anterior se puede incluir un caso de aquaplanning, ese efecto en el que el coche ‘planea’ sobre una balsa de agua al encontrarse con esta en la carretera sin previo aviso.

El tipo de neumático que lleve el coche será determinante para poder evacuar el agua necesaria y mantener así la dirección firmemente; aunque también influirá el manejo de la situación por parte del conductor.

La velocidad a la que se conduzca no debe ser muy alta (menos de 70 o 80 km/h) para evitar este indeseado efecto en la conducción. Siguiendo con la diferencia entre neumático de verano y de invierno, si hablamos de una carretera seca la frenada será más productiva si cuentas con neumáticos de verano.

Un caso práctico: para reducir de 100 km/h a pararse completamente a unos 25 grados de temperatura ambiente, el neumático de verano necesitará menos de 40 metros.

El mismo caso con un neumático de invierno implicará casi 20 metros más de distancia para la frenada total. Como ves, la importancia de contar con un neumático adecuado a la estación del año no es despreciable.

Tenlo en cuenta a la hora de saber cuando cambiar los neumáticos de tu vehículo y apuesta por la seguridad.

En BMW podemos ayudarte.

cuándo cambiar los neumáticos