El aquaplaning es uno de los fenómenos más peligrosos a los que, como conductor, te puedes enfrentar. Y por lo tanto te interesa saber qué es y cómo puedes evitarlo. A continuación, te lo contamos, presta atención.

aquaplaning

 

¿Por qué puede llegar a deslizarse un coche?

 

El concepto que hemos presentado, el aquaplaning, puede traducirse literalmente como «planear sobre el agua». Aunque te parezca casi increíble, un coche puede llegar a flotar sobre el agua. Y flotar, en estos casos, puede ser sinónimo de volar. No estamos exagerando: nos referimos a que se está produciendo una separación física real entre el neumático y el asfalto. La protagonista de esta separación es el agua de lluvia (su mezcla con aceite convierte al fenómeno en algo más peligroso todavía), que puede llegar a separar la rueda del firme aproximadamente medio milímetro. Esta distancia es suficiente para que los mecanismos de dirección, suspensión y amortiguación del vehículo no tengan ningún tipo de efectividad mientras esté ocurriendo.

Una fina película de agua puede hacer desaparecer la aportación clave del neumático a la conducción, que no es otra que el agarre, el servir de punto de contacto entre el suelo y el vehículo. Y es que ese es el meollo del problema del aquaplaning: los neumáticos. Es importante analizar el funcionamiento de las ruedas relacionado con este fenómeno.

La importancia de que las ruedas estén en perfecto estado

 

El aquaplaning se relaciona en muchas ocasiones con la falta de capacidad de las ruedas para lidiar con el agua como se supone que deberían hacerlo. En un principio los neumáticos deberían ser capaces de recoger y expulsar el agua que se acumula durante su recorrido por el asfalto. Pero esto depende de factores como el tamaño del dibujo de las ruedas y, sobre todo, de la velocidad. En cuanto al desalojo del agua por parte de los neumáticos, has de tener presente que estas piezas disponen hoy en día de una tecnología y un I+D increíble. Los fabricantes los elaboran siguiendo diseños complejos y utilizando los materiales más adecuados, y si se encuentran en buenas condiciones deberían poder ser utilizados bajo lluvias intensas sin ningún problema.

No nos cansamos de repetírtelo: reduce la velocidad

Los inconvenientes aparecen cuando los coches tienen que atravesar superficies inundadas por varios centímetros de agua, algo para lo que sus ruedas no están pensadas. Es entonces cuando pueden darse los deslizamientos: estos ocurren frecuentemente cuando cruzas los charcos a velocidades de entre 70 y 80 km/h. Por eso, para evitar estas incidencias, el moderar la velocidad en carreteras cubiertas por agua es siempre la mejor opción.

 

conducir con lluvia

Extrema las precauciones en tu coche cuando llueva

 

La lluvia es uno de los fenómenos meteorológicos que más riesgo añade a la conducción. Tanto cuando está cayendo como durante un tiempo después de haberse producido. Por consiguiente, como cualquier conductor prudente que se precie, tendrás que adaptar tu manera de conducir el vehículo a las condiciones de la vía y a las posibles circunstancias adversas.

 

1. Modera la velocidad

Ten en cuenta que el firme se volverá más resbaladizo y la visibilidad empeorará. Así que, en primer lugar, te recomendamos que moderes la velocidad. De esta manera tendrás más margen de maniobra para reaccionar ante los imprevistos que el estado de una carretera mojada pueda propiciar. Un consejo directamente relacionado con la anterior indicación es incrementar la distancia de seguridad respecto al automóvil que te precede. De ese modo, si su conductor lleva a cabo algún movimiento brusco o inesperado dispondrás de más tiempo para reaccionar de forma correcta ante los problemas que pueda causarte.

2. Ten tu coche siempre a punto

Por otro lado, te conviene que se haya llevado a cabo un mantenimiento en condiciones óptimas de todos los elementos de tu vehículo. Y muy en especial de los relacionados con la seguridad: principalmente de la amortiguación y la suspensión. Recuerda que hay prestaciones del coche, como los limpiaparabrisas y el sensor de lluvia, que han sido diseñadas específicamente para hacer frente a las inclemencias climatológicas; así pues, es fundamental que se compruebe que van a funcionar de un modo idóneo. Ten presente que no te has de fiar del hecho de que haya dejado de llover antes de ponerte al volante. Acuérdate de que, en función de las circunstancias, el agua puede quedarse almacenada en diversas zonas del asfalto: volúmenes de agua caída, temperaturas, zonas sombrías, relieve del firme, y un largo etcétera. Así que vas a tener que poner la máxima atención en la carretera para evitarla.

3. No menosprecies el peligro

El fenómeno que nos ocupa, por otra parte, se puede producir al cruzarnos con acumulaciones de agua de cualquier nivel. No necesitan ser excesivamente grandes para desencadenar el patinaje de tu automóvil. En ocasiones nos podemos encontrar con grandes balsas, que por sus mayores dimensiones parecerían implicar un incremento de los riesgos, pero los pavimentos mojados pueden resultar incluso más traicioneros por lo poco perceptible que resulta el peligro al recorrerlos.

 

4. Cambia las ruedas de tu coche siempre que sea necesario

Una poderosa razón para tomarse muy en serio el mantenimiento de tus neumáticos es que se trata de los instrumentos clave para combatir la flotación de los coches sobre el agua. Recuerda que, como ocurre con el resto de elementos de tu automóvil, el uso continuado, el paso del tiempo y el desgaste provocado por los agentes externos les causan erosión. Y de ese modo se dificulta el que ofrezcan las prestaciones que se esperan de ellos. Debes cambiarlos siempre que sea necesario, siguiendo las instrucciones de su fabricante o incluso más frecuentemente aún.

 

5. Controla sus niveles de presión

Antes de un viaje largo o con condiciones atmosféricas inusuales, recuerda controlar la presión de cada rueda. Si estas se encuentran desinfladas aumentará su superficie de contacto con el firme, por lo que resultará más compleja la expulsión del agua. Lo mismo que sucederá si los neumáticos han padecido golpes o incidencias que los han deformado o desgastado.

 

6. Vigila el dibujo de las ruedas

Es importante que no se esté perdiendo el dibujo de las ruedas. Los dibujos son las ranuras o los canales que permiten ir desalojando agua de ellas a medida que el vehículo avanza. De hecho, si estas improntas no superan los 1,6 mm, te arriesgarás a ser multado por los agentes de la Dirección General de Tráfico (DGT). Pero no has de centrarte solo en cumplir la ley, sino que debes garantizar tu seguridad. En ese sentido es mejor pecar de precavido: te conviene que el dibujo supere al menos los 2 mm de profundidad. Esto posibilitará que cumpla con su cometido a la perfección.

 

¿Cómo tienes que comportarte si tu coche comienza a planear?

 

aquaplaning

 

Ya te hemos dado algunas indicaciones para que, en la medida de lo posible, evites entrar en los peligrosos charcos o zonas mojadas que pueden hacer que pierdas el control del automóvil por el aquaplaning. Pero si estas precauciones han fallado y te ves sorprendido por una de estas situaciones, te vendrá bien memorizar algunos consejos útiles para minimizar el riesgo de accidente.

No muevas el volante de tu coche

En primer lugar queremos que, aunque entendemos que resulta complicado, mantengas la calma. Cualquier pérdida de los nervios solo va a contribuir a empeorar el contexto. Si tu automóvil se desliza sobre el agua cuando estés conduciendo por una recta, te aconsejamos que no gires el volante. Desacelerar, por su parte, sí que va a ser una acción oportuna.

 

Nunca frenes mientras sufre aquaplaning

Pero no se te debe ocurrir frenar en ningún caso mientras sufres aquaplaning. La rueda, cuando los neumáticos están, literalmente, flotando, no va a moverse conforme a los giros del volante, dado que se encuentra bloqueada. Si frenas o mueves el volante mientras tu coche planea sobre el agua, la consecuencia nefasta será que los movimientos que habías planificado con estos mandos del vehículo se producirán cuando acaben los deslizamientos. Esta situación, peor aún que la de que el automóvil siga la inercia que llevaba antes del incidente, conllevará la pérdida total del control y derivará rápidamente en un accidente de tráfico.

Si, por el contrario, sufres este aquaplaning cuando estás conduciendo por una curva, la recomendación es similar a la anterior. No aceleres ni frenes e intenta no perder los nervios. Mantén el volante, sin ninguna brusquedad, en la posición en la que se encontraba cuando entraste en la curva. No lo sueltes ni hagas ningún movimiento en sentido contrario, ya que las consecuencias serían similares a las que te hemos explicado en el supuesto de sufrir este problema en una curva.

Te aconsejamos que optes por la adquisición de vehículos que cuenten con los últimos sistemas de seguridad, elaborados por los mejores fabricantes. Incluyendo, por supuesto, las que posibilitan afrontar la conducción bajo la lluvia en las condiciones más favorables.

¿Necesitas cambiar tus neumáticos para prepararte para la época de lluvias?

¡Solicita online tu cita en nuestro taller!