Si te estabas preguntando cuándo cambiar los neumáticos de tu coche, has de saber que ese momento está muy cerca. La época estival ya queda lejos y, con el fin del verano y la vuelta a la rutina, han llegado ya las bajas temperaturas. Efectivamente, se aproxima el invierno: el frío, las lluvias, las nevadas… Para ello, igual que nos preparamos en cualquier ámbito de la vida, es preciso que nos encarguemos de avituallar nuestro vehículo.
A la misma vez que sacas los abrigos y preparas los paraguas, tendrás que empezar a plantearte la adaptación que necesita tu vehículo para garantizar una total seguridad en carretera y, además, alargar su vida útil. Este invierno no te la juegues y apuesta por tu seguridad y la de los tuyos, siguiendo punto por punto las indicaciones para el correcto mantenimiento de ese elemento tan primordial en tu día a día: tu vehículo.
La atención que debemos poner a esta cuestión crucial, puesto que los neumáticos son el único elemento que mantiene en contacto el vehículo con el suelo; de ahí la suma importancia de los mismos.
Las distintas épocas del año y cuándo cambiar los neumáticos
Tal vez no sea lo primero que nos viene a la mente a la hora de realizar un cambio de neumáticos o de pensar en el estado o la efectividad de los mismos; sin embargo, la época del año en la que nos encontremos es un factor clave y muy influyente en cuanto a las ruedas del vehículo. A pesar de que hay zonas de España en las que las condiciones de conducción en cuanto al clima son óptimas durante la mayor parte del año, está claro que el invierno termina notándose en todas partes.
Es en esta época en la que es necesario prestar especial atención a las ruedas para garantizar una total seguridad al volante. La humedad y las lluvias hacen que los neumáticos pierdan agarre de forma considerable. Para evitar esto es vital que se revisen los neumáticos en la medida de lo posible; unos neumáticos de verano pueden ser insuficientes en buena parte del país.
Sin embargo, no es el aquaplaning, o pérdida de control del vehículo cuando la carretera está cubierta por agua, el único inconveniente que se presenta en la temporada más fría del año. Es primordial que seas consciente de que la bajada de temperaturas también influye en el estado de las ruedas.
La bajada de temperaturas y los neumáticos
Las ruedas están en su gran mayoría compuestas de caucho, un material al que afecta bastante la temperatura externa. Es por este motivo por el que un deficiente estado de los neumáticos en invierno puede encerrar el inminente riesgo de sufrir un accidente. Y es que por cada 10 grados de caída del mercurio, la presión de los neumáticos baja medio kilogramo; y esto influye en la conducción y aumenta la posibilidad de que se desgaste el borde exterior.
A su vez, puede provocarse un calentamiento que aumente la resistencia a la rodadura y, por ende, el consumo de combustible. Otro de los efectos que pueden suponer las bajas temperaturas es que las gomas pierdan flexibilidad, puesto que tienden a endurecerse. Esto provoca que la amortiguación y la adherencia sean bastante inferiores.
Consejos para circular con seguridad en invierno
Como has podido comprobar, las condiciones meteorológicas pueden afectar, y mucho, al estado de tus neumáticos. En consecuencia, la estabilidad del vehículo en carretera se resiente.
Para disfrutar de una conducción más segura te recomendamos que prestes especial atención a algunos aspectos:
– Comprueba la presión de las ruedas mensualmente: la presión de los neumáticos debe estar en un punto medio, ni demasiado alta ni demasiado baja, de forma que se evite el consumo excesivo de combustible. En invierno rígete por las instrucciones del fabricante, pero aumenta un poco la presión, ya que tal y como te hemos contado el frío tiende a deshinchar los neumáticos. En el caso de que no tengas claro cuál es la presión adecuada, consulta con tu mecánico de confianza o contacta con el fabricante del neumático.
– No olvides llevar las cadenas por si fuese necesario usarlas: en tu maletero no puede faltar una rueda de repuesto, pero tampoco las cadenas. Solo es obligatorio usarlas cuando exista una señalización que así lo indique, pero es recomendable hacerlo siempre y cuando haya hielo o nieve en la carretera. La velocidad de circulación llevándolas puestas no debe superar los 50 km/h. Con esto aseguramos un mayor agarre de los neumáticos a la superficie, de manera que será mucho menos probable que el coche patine.
– Asegúrate de que la profundidad del dibujo no esté por debajo de 3 milímetros: la profundidad mínima del dibujo recomendada es de 1,6 milímetros, pero en invierno es importante que supere los 3, pues de esta manera se garantiza la mejor adherencia al asfalto y se optimiza la distancia de frenado. Es importante que esto sea comprobado de forma periódica, y que realicemos el cambio de ruedas con la periodicidad que sea necesaria. Nadie quiere ponerse en riesgo, ¿no es cierto?
Los neumáticos y las altas temperaturas
Pero has de saber que no solo en invierno los neumáticos corren el riesgo de verse afectados por la climatología. Como ya te explicado, el caucho es un material sensible a las temperaturas extremas, y por lo tanto las temperaturas altas también le afectan. Es más, podríamos decir que es en esta época calurosa del año cuando más sufren; y es que a la elevada temperatura de la goma hay que sumar la que le transmite el asfalto, que también está muy caliente. Muchas veces unos 10 grados por encima de la temperatura ambiente.
Además de estas condiciones extremas a las que se ven sometidos los neumáticos, en verano las ruedas pueden perder presión. De ese modo correríamos el riesgo de circular con las ruedas menos infladas de la cuenta y, por ende, sufrir un pinchazo o reventón. No debemos olvidarnos, por otro lado, de que el calor hace que se desgasten más fácilmente los neumáticos (piensa que las altas temperaturas incrementan la maleabilidad de todo tipo de gomas) y que la banda de rodadura se caliente antes, provocando un mayor gasto de combustible.
Consejos para optimizar la seguridad en carretera en verano
Está muy claro que la época del año en la que nos encontremos influirá directamente en el estado de los neumáticos. Para gozar de la máxima seguridad en carretera es preciso tener esto en cuenta y realizar un correcto mantenimiento de los mismos con cada cambio de estación. Estos son los puntos clave que debes tener en cuenta en relación con esto:
– Controla la presión de neumáticos: es preciso que lo hagas cada dos semanas, y que compruebes que la presión coincide con la recomendada por el fabricante. Eso sí, debes hacerlo cuando los neumáticos estén fríos, es decir, sin haber circulado más de 4 o 5 kilómetros. Si no es así las medidas no serán fiables, y podrían presentar variaciones en su calibre debido al calor. Es muy importante que revises también la rueda de repuesto y que recuerdes que ha de contar con una presión de 0,5 bar más que las otras.
– Revisa la profundidad del dibujo de la rueda: lo recomendado por la DGT es que la profundidad del dibujo nunca sea inferior a 1,6 milímetros; sin embargo, en verano te recomendamos poner el límite en 2 milímetros. Si los limpias de vez en cuando será mucho más fácil que compruebes su estado. En el desafortunado caso de que sufras un pinchazo o un reventón, recuerda la suma importancia que tiene que el nuevo neumático sea idéntico al del mismo eje, tanto en cuanto a dimensiones y escultura como en lo referente a índices de velocidad y carga.
– Utiliza neumáticos de verano: si tu vehículo aún lleva los neumáticos de invierno, empieza a pensar en cambiarte a los de verano. Puede que a muchos les parezca una tontería, pero en absoluto lo es: los neumáticos de invierno están pensados para soportar las temperaturas más bajas y evitar el aquaplaning o patinaje sobre el hielo, pero no es recomendable usarlos a más de 7 grados. Por ello es primordial que realices el oportuno cambio de ruedas.
El uso de neumáticos de invierno y de verano
Como decíamos, hay muchas personas que no dan la importancia necesaria a los distintos tipos de neumáticos y a su correcto uso. Suelen verlo como un gasto superfluo, piensan que no es necesario el cambio y que pueden conducir igualmente seguros sean cuales sean las circunstancias del vehículo.
Si eres de esas personas, debes comenzar a dejar de ver esto como un gasto inútil. No solo es una manera de ganar en seguridad, sino también de ahorrar en combustible. Es más, usando los neumáticos adecuados para cada estación del año podrás guardar tus neumáticos de verano en invierno y viceversa, y no desgastarlos de forma innecesaria. Si mantienes las gomas en buenas condiciones podrás usarlas al año siguiente.
Los distintos tipos de neumáticos según la climatología
Existe gran variedad de tipos de neumáticos, pero en este caso vamos a centrarnos en los modelos estándar para la estación del año en la que nos encontremos. Presta atención y descubre en qué se diferencian:
– Neumáticos de verano: se trata de neumáticos de perfil plano, con una proporción entre superficie y dibujo menos pronunciada que en el resto de variedades. Ofrecen, por consiguiente, mayor contacto con el asfalto, que es lo más conveniente en los casos en los que la temperatura ambiente es superior a 7 grados y cuando el asfalto está seco.
– Neumáticos de invierno: estos neumáticos son más profundos y ranurados, algo ideal para la conducción con lluvia o nieve. Y es que este tipo de gomas absorbe mejor el agua, la banda de rodadura se adhiere mejor y facilita la expulsión de agua hacia los laterales. Además, está pensado para que los materiales mantengan su flexibilidad aun con bajas temperaturas, y no se pierda adhesión.
– Neumáticos nórdicos: en este caso hablamos de ruedas que deben usarse en zonas especialmente frías. Con esto nos referimos a temperaturas por debajo de los 10 grados bajo cero y períodos prolongados de nieve y heladas.
– Neumáticos mixtos o cuatro estaciones: este tipo de neumáticos está pensado para circular por zonas con clima moderado durante todo el año. Al tratarse de una rueda mixta presenta cualidades comunes a las de invierno y las de verano. No obstante, recuerda que no son recomendables bajo ningún concepto si se dan cambios extremos en la climatología.
La importancia de los neumáticos y la seguridad en carretera
Estamos ante un elemento al que se ha de prestar especial atención por su relevancia en la seguridad al volante. Es primordial que los neumáticos sean de calidad y estén en perfecto estado en todo momento. Y es que se trata del único elemento del vehículo que está en contacto directo con el asfalto, por lo que si las ruedas fallan estará en juego nuestra seguridad en carretera, la de nuestros acompañantes e incluso la de los vehículos que circulan en nuestro entorno.
No debemos jugárnosla a este respecto: debemos apostar por neumáticos apropiados tanto en cuanto al vehículo como en cuanto a la estación del año en la que nos encontremos. Asimismo, es vital llevar a cabo las revisiones recomendadas y realizar los cambios pertinentes para garantizarnos plena estabilidad al volante.
Te recordamos que elijas el neumático ideal para ti sin reparar en gastos, pues estarás ganando a la larga. Incluso lo notarás en el consumo de combustible. Recuerda también comprobar la presión de los neumáticos y revisar el dibujo de la rueda de forma periódica.
Ahora que ya sabes perfectamente cuándo cambiar los neumáticos, cuáles son los tipos de neumáticos existentes según la climatología y las pautas que debes seguir para mantenerlos en perfecto estado, solo tendrás que llevar todo eso a la práctica y disfrutar de una conducción segura. No olvides que tu seguridad es siempre lo más importante.