El número de matriculaciones de coches eléctricos en Europa no deja de crecer con casi medio millón de unidades en el primer semestre de 2021. No obstante, a la hora de adquirir uno de estos vehículos, debes tener en cuenta ciertos aspectos relacionados con su recarga.
¿Conoces los diferentes tipos de cargadores eléctricos que existen y otros detalles relacionados con estos? Hoy en BMW Momentum Motor te comentamos sus principales características.
Modos de carga
La recarga de vehículos eléctricos dispone de dos clases de carga. Por un lado, están las monofásicas. En ellas, el cargador solo tiene una fase de corriente alterna o directa y la tensión es la que presentan la mayoría de las casas, es decir, entre los 220 y los 230 voltios. Y por otro lado, están las trifásicas, compuestas por tres corrientes alternas diferentes. La velocidad de cargado es mucho más rápida en estos casos.
La zona de carga puedes localizarla en la zona trasera o delantera del vehículo. Normalmente, estos automóviles incluyen dos clases de cables: uno de uso doméstico y otro, que suele ser opcional, que sirve para puntos de abastecimiento públicos o establecimientos comerciales.
Niveles de carga
Existen dos categorías de repostaje en el hogar:
- Las unidades llegan de fábrica con un cargador de nivel 1 de 120 V y lo puedes conectar a cualquier fuente de alimentación estándar de tu domicilio.
- Los de nivel 2 tienen una potencia superior y se comercializan por separado del automóvil. Requieren una configuración algo mayor, ya que deben estar conectados a una toma de corriente de 240 V. En este caso, un profesional tendría que adaptar la instalación en tu vivienda para poder disfrutar de sus ventajas, sobre todo de su rapidez.
Tipos de cargadores eléctricos
Dicho lo anterior, si te interesa conocer las características de los cargadores más en profundidad, debes saber que hay cuatro clases. Su clasificación se basa en el tipo de conector que usan, la potencia, la intensidad de carga y la información entre el punto de carga y el vehículo.
El modo 1 o ‘Schuko’
Lo único que necesitas para utilizar esta opción es un cable con una clavija de las denominadas «Schuko». Para que te hagas una idea, funciona como un enchufe convencional, como los que se usan para los electrodomésticos en cualquier vivienda. De esta manera, puedes conectar tu coche eléctrico a cualquier toma de la red eléctrica de tu hogar.
Quizá te hayas dado cuenta de lo rudimentaria que parece esta instalación a bote pronto. Así es, su mayor desventaja es que no dispone de sistemas de seguridad, como métodos de prevención para el sobrecalentamiento o un interruptor diferencial. Por esta razón no deberías usarlos en automóviles, aunque sí para bicicletas eléctricas, patinetes o similares.
De hacerlo, te aconsejamos que limites la corriente máxima a 10 amperios (2,3 kW), aunque tenga una intensidad 16 A y un voltaje de hasta 250 voltios, y por tanto, una potencia eléctrica tope de 3,7 kilovatios (kW). En el caso de puntos trifásicos, dispondrás de 480 V y 11 kW.
El modo 2
Este sistema de recarga lenta es para coches pequeños, como cuadriciclos o híbridos enchufables. Su potencia máxima es de 7,4 kW en monofásico y llega a 22 kW en trifásico. Su corriente alcanza 32 A por fase.
Puedes instalarlo en el garaje de tu casa con un adaptador o conector que te protegerá de posibles recalentamientos. La toma suele ser, al igual que en el modo anterior, de la clase Schuko. Dispone de sistemas seguridad para controlar el buen estado de la conexión del coche y los parámetros de carga.
El modo 3
Este modo de carga tiene una mayor complejidad que los anteriores y suele estar más presente en espacios públicos. Sin embargo, esta es la opción más fiable y la que consigue preservar las baterías mucho más tiempo. Incluye un punto de carga llamado Wallbox que dispone de sistemas de seguridad, tanto para el propio automóvil como para la instalación.
Alcanza 7,4 kW en tensión monofásica y 22 kW en trifásica, lo que te permite recargar a 32 A de corriente máxima. Está pensado únicamente para cargar un coche eléctrico, no como los anteriores que también sirven para cargar electrodomésticos, por ejemplo. Este incluye su propia infraestructura de carga y requiere un conector específico de tipo 1, 2 o 3, que permite funcionalidades añadidas. Entre ellas, te proporciona una mayor seguridad, porque comprueba la toma de tierra, verifica la conexión, y activa y desactiva la carga.
Además, puedes seleccionar la potencia según tus necesidades. También evita picos de tensión y puedes programar la carga a las horas que prefieras para ahorrar costes.
El modo 4
Este es el cargador más rápido. Te permite reponer el 70 % de la batería en menos de media hora. Por lo tanto, este sistema está especialmente pensado si estás realizando un desplazamiento largo y necesitas reanudar tu viaje con prontitud, o si simplemente no dispones de mucho tiempo. Su principal desventaja es que deteriora las baterías con más rapidez que los anteriores, sobre todo si lo usas con asiduidad. Otro factor es la energía que requiere de la red eléctrica, que es mucho mayor que en las otras opciones. Puede llegar a los 50 kW.
Además, a diferencia de los anteriores modos que emplean corriente alterna, este es de corriente continua y no te lo recomendamos como uso particular, dado el elevado precio del artículo y de su instalación.
Clases de conectores
Además de estos tipos de cargadores, existen varios conectores. Los más representativos son el Schuko (estándar europeo) y el SAE J1772 o Yakazi (asiático y americano), dos de los más comunes en los híbridos o eléctricos de todo el mundo. También están el Mennekes, que no es específico para estos casos, pero se usa mucho en estas labores, y el único o combinado (CSS), creado como solución estándar y que admite tanto recarga lenta como rápida.
Si vas a adquirir un vehículo eléctrico, infórmate antes sobre los cargadores eléctricos y los modos de carga para que puedas decidir qué opción te conviene más. En este artículo hemos resumido cuáles son las principales características que debes considerar. Si las tienes en cuenta, conservarás tu adquisición durante muchos años y disfrutarás de todas sus comodidades al máximo.