¿Diésel o gasolina? Olvídate de esa pregunta porque ya es cosa del pasado. Ahora las opciones son mucho mayores e incluyen la movilidad sostenible.

Elegir un coche eléctrico ya no está reservado para los conductores urbanos. Los vehículos eléctricos son una opción con cada vez más adeptos debido a sus mejoras en cuanto a eficiencia, sostenibilidad, autonomía y economía de carga.

Sin embargo, ¿qué pasa con la conducción? Además del combustible, existen una serie de diferencias entre conducir un coche eléctrico y uno tradicional que conviene tener muy en cuenta.

Así que si estás pensando en dar el salto a un coche 100% eléctrico (ahora que hay más opciones que el inalcanzable Tesla), sigue leyendo, porque tenemos mucho que contarte sobre las prestaciones de la conducción eléctrica, sus características técnicas y las diferencias al conducir un vehículo sin combustión interna.

Diferencias entre conducir un coche eléctrico y un coche con motor de combustión

Lo notarás enseguida. En cuanto te sientes al volante de una de las nuevas flamantes unidades del parque automovilístico más sostenible sabrás que todo ha cambiado. Empezando porque, ¿no te falta nada?

Sin caja de cambios ni embrague

El coche eléctrico no lleva caja de cambios ni embrague, ya que su conducción es similar a la de un modelo automático. A mayores de la comodidad que proporciona y el ahorro significativo en averías (cambiar el embrague de tu coche puede darte la alegría del mes), también están las dificultades.

Un coche eléctrico debe conducirse con suavidad, ya que la fuerza inicial del vehículo no es progresiva, como la que acostumbramos a sentir al cambiar de marcha. La aceleración es mayor, así que conviene mantener ciertas precauciones al volante.

Shhhh… ¡silencio!

No vibra, no hace ruido y es extremadamente suave en la conducción. La combustión de los motores tradicionales provoca vibraciones y ruidos que no están presentes en un coche eléctrico.

Además, recuerda que no tiene caja de cambios, así que no habrá movimientos bruscos en la conducción. Suave y silencioso, ¿qué más se puede pedir?

Ponle freno, ahorra dinero

Los vehículos tradicionales disponen de una gran autonomía, pero pierden energía durante la conducción al consumir incluso durante la frenada, ya que el motor no bloquea el suministro de carburante.

El freno regenerativo instalado en los coches eléctricos permite una recuperación de energía al recargar la batería gracias a un mayor aprovechamiento de la energía cinética. Es decir, tanto al pisar el freno de un coche eléctrico como al soltarlo estamos ahorrando energía y consiguiendo mayor autonomía.

El equilibrio de la conducción eficiente

En un vehículo eléctrico, el centro de gravedad acostumbra a estar más cerca del suelo. Esto permite que el vehículo se mantenga más firme en la carretera, más aplomado. ¿Cuándo lo notas? En las curvas.

Los packs de baterías alojados en la parte inferior del vehículo facilitan una mayor estabilidad y reparto de pesos de toda la estructura. Esta particularidad no solo permite conducir un vehículo más equilibrado, sino más seguro.

Mayor estabilidad

Y hablando de equilibrio y estabilidad, no podemos olvidarnos del par instantáneo de un coche eléctrico.

El par motor es el potencial de la unidad para transmitir potencia a las ruedas del vehículo. Obviamente, un coche tradicional dependerá del cambio de marchas y verá su potencia variar considerablemente a través del cuentarrevoluciones.

Recordemos que la ausencia de embrague y cambio de marchas del coche eléctrico le permite una “salida en proyección” sin altibajos. El arranque del coche eléctrico es instantáneo y explosivo. Su par motor imprime la totalidad del potencial de fuerza desde parado.

Si bien este par instantáneo es vertiginoso y conviene tener ciertas precauciones en la conducción, es un aspecto positivo en cuanto a seguridad y estabilidad, ya que permite mantener siempre el mismo criterio, sin ausencias de potencia.

¿Calefacción o climatización?

La circulación en un vehículo convencional no se ve en nada afectada cuando en las temporadas más frías ponemos la calefacción para elevar el confort en el interior del habitáculo.

Sin embargo, la climatización puede afectar a la autonomía debido a que la demanda de potencial varía y el coche “chupa más”. Situar la temperatura en 22º de máxima permitirá evitar el aumento en el consumo de combustible.

En el caso de un vehículo 100% eléctrico, la calefacción y la climatización siempre afectarán a su autonomía. Por eso conviene tener especial cuidado al valorar la autonomía del coche y su reducción en función del encendido de la calefacción o la climatización.

Planifica tus viajes

Es probable que antes salieses de viaje sin buscar las distintas localizaciones de las gasolineras. Como mínimo, y debido a la antigua regulación, sabías que podías encontrar una estación de servicio cada 20 km. Ahora la distancia es menor y proliferan como champiñones en la campiña.

Sin embargo, planificar viajes con el coche eléctrico es de obligado cumplimiento. Su autonomía obliga a saber en qué punto es necesario parar y si hay disponible una unidad de carga. La rapidez y la ausencia de complicaciones del combustible no es aplicable a los vehículos eléctricos.

Responsablemente sostenible

A priori, un coche eléctrico es más limpio que un coche tradicional. La ausencia de emisiones contaminantes a la atmósfera lo convierte en la elección más sostenible y en la mejor opción para una movilidad eco-friendly.

Pero eso no es todo. Piensa en las manchas de combustión alrededor del tubo de escape, en el olor a aceite quemado o el humo durante el encendido. Nada de eso existe con un coche eléctrico.

Di adiós a los malos olores de la combustión de un vehículo en el garaje y de mancharte las manos abriendo el maletero cuando el vehículo emite un humo negro ante la necesidad de cambiar el aceite. El coche eléctrico es limpio con el medio ambiente y contigo.

Relájate al volante de un coche eléctrico

El gasto en combustible es una preocupación. La tensión de los cambios de marcha durante la conducción es una preocupación. La vibración y el sonido del vehículo es una preocupación. Por eso la conducción 100% eléctrica es sinónimo de relax.

Conducir un coche eléctrico es mucho más relajante que conducir un coche con motor de combustión. De hecho, se dice que la conducción eléctrica es más segura, desenfadada, relajada y directa.

¿Eléctrico o de combustión?

Las diferencias al conducir un coche eléctrico y uno de combustión apuntan maneras de convertir a la movilidad más verde en la mejor opción en todos los entornos. Sin duda, el aumento en la autonomía y la facilidad de carga ha hecho menos significativas estas diferencias entre ambos modelos.

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