Los coches automáticos y los coches manuales han permanecido siempre en eterna rivalidad debido a los puristas que defienden una u otra modalidad de conducción. Pero esto se debe, en gran parte, al país en el que hayas aprendido a conducir. El coche automático es una tradición más que asentada en lugares como Estados Unidos mientras que en España apenas se conocen, y los coches manuales son los que predominan en el mercado europeo.

Cada clase de vehículo tiene sus propias características y beneficios, que intentaremos desglosar en las siguientes líneas para que seas tú mismo el que te decantes por la compra de uno u otro. Toma buena nota de qué te puede ofrecer cada tipo de conducción y elige entre innovación y tradición en tu próximo coche.

 

Los coches automáticos

 

coches automaticos

 

La principal característica y diferenciación de un coche automático reside en su caja de cambios. Esta es automática, y eso quiere decir que se libera al conductor de tener que cambiar de marcha de forma manual a medida que aumenta la velocidad del vehículo. En Estados Unidos se incorporó este sistema de transmisión de cambio ya en los años 50, tratándose de una peculiaridad que no era para nada común en el resto del mundo ni en Europa. En el fondo se trata de una máquina que es más sencilla de manejar, por lo que su uso requiere un aprendizaje mucho más fácil y rápido. Esto, sin duda, juega a su favor.

 

Cómo funciona la transmisión automática

La clave del funcionamiento de una caja de cambios automática reside en dos aspectos. Por un lado, la parte hidráulica, que es el modo predominante en este tipo de cambios: a través de un convertidor de par y un conjunto de engranajes, proporciona la multiplicación que hace moverse al par. Este, a su vez, consta de una bomba de aceite y una turbina, que, respectivamente, lanza el aceite y lo recibe.

 

La palanca de cambios de un coche automático

Al contrario de lo que ocurre con las palancas de cambios de los coches manuales, que están numeradas del 1 al 5 (o al 6 en los modelos más actuales) y cuentan también con la marcha atrás, los coches automáticos disponen de un sistema diferente. Las transmisiones automáticas que se seleccionan mecánicamente se identifican mediante letras y no números. Estas son P de parking, R de marcha atrás, N de punto muerto y D, en la que entran todas las marchas que se puedan multiplicar, lo que equivaldría de la 1 a la 6 en un coche manual.

Además, algunos coches cuentan con otras 4 marchas extra. Se trataría de la S, que es similar a la D, pero implica cambios de marcha más bruscos y con más revoluciones; L para marchas más cortas, ideal para fuertes pendientes en las que impide que entren marchas largas; M para hacer un control manual de una marcha concreta; y W de winter, poco común y especialmente indicada para arrancar de manera suave en caso de nieve.

La palanca de cambios de un coche automático puede estar situada en la parte del fondo del coche o en el volante, en lo que se conoce como levas. Esta opción recibe el nombre de cambio secuencial y seduce a los amantes del cambio tradicional, ya que encuentran una mayor similitud sin dejar por ello de disfrutar de las ventajas de un coche automático. El resultado es una conducción más deportiva y dinámica.

 

El consumo en los coches automáticos

Suele ser una pregunta habitual para alguien que está pensando en comprarse un coche automático: ¿este modelo consume más o menos que un coche manual? Pues bien, un coche automático consume un 5 % más, aproximadamente, que un coche manual. Este porcentaje se ha reducido con los años, ya que hace un tiempo se estimaba que la diferencia rondaba el 10 %.

¿Y a qué se debe esto? En un coche automático el conductor no tiene el control sobre el cambio de marchas, lo que hace que no pueda asumir un descenso, por ejemplo, utilizando el freno motor y sin pisar el acelerador. Esta situación en un coche manual implica un ahorro de combustible, al poder elegir las marchas y adaptarlas a la situación. Sin embargo, la implementación de los sistemas de cambio secuenciales en los coches automáticos ha posibilitado que el coche pueda engranar marchas intermedias y así ahorrar combustible.

 

Beneficios de conducir un coche automático

Es importante que a la hora de elegir un modelo automático tengas en cuenta tu modo de conducción particular. Resulta obvio, después de lo expuesto, que un coche con caja de cambios automática es mucho más sencillo de conducir, lo que implica una mayor comodidad para el conductor.

Además, se trata de vehículos más seguros, tanto en lo que a seguridad vial propiamente dicha se refiere como en términos mecánicos. Esto es debido a que puedes dedicar más atención al tráfico, al no estar pendiente de pies y manos. En cuanto a la mecánica, el motor funciona de una manera mucho más suave debido a los engranajes que forman el cambio.

Aunque comentábamos hace un minuto que su consumo puede ser ligeramente mayor al de un coche manual, eso se compensa con el aumento en la vida útil de los discos y las pastillas de freno. Su cambio y el desembolso correspondiente tardará más en producirse con un coche automático.

 

La experiencia de conducción de un coche automático

La conducción se vuelve más cómoda y ligera, sin el estrés que implica cambiar de marcha cada dos por tres en un atasco, por ejemplo. Se trata de una experiencia al volante totalmente liviana, en la que prima el disfrute del vehículo. Es perfecto para aquellos que se sienten preocupados por la cantidad de cuestiones a las que hay que prestar atención al conducir, que aquí se ven reducidas en gran parte: puedes prestar más atención a tu entorno. La conducción deja de ser sinónimo de tensión y preocupación.

La transmisión automática ha evolucionado hasta ser mucho más eficiente y rápida que hace unos años. Esto se concreta en una conducción ágil, con una rapidez en el cambio de marchas que nunca podrá ser igualada por un cambio manual.

 

Los coches manuales

 

coche manual o automatico

 

Dentro de nuestras fronteras, los coches con cambio manual son los más frecuentes. En cualquier autoescuela aprenderás a conducir uno de estos, que se caracterizan por contar con una palanca de cambios manual que tú, como conductor, tendrás que ir cambiando en función de la velocidad que el vehículo adquiera. Para ello es imprescindible ubicar el embrague, que necesariamente habrá de utilizarse cada vez que quieras cambiar una de las marchas; una vez engranada la nueva marcha, el embrague se libera. El juego de pies es fundamental en este tipo de coches, los preferidos por los amantes de la conducción tradicional, en la que coche y conductor consiguen una conexión mayor.

 

Palanca de cambios manual

Situada en el suelo de vehículo, entre los asientos de conductor y copiloto, se encuentra la palanca de cambios manual. Puede haber otras ubicaciones para esta palanca, como puede ser el lateral del volante en algunos modelos antiguos y en los coches automáticos, con un funcionamiento diferente.

Como indicábamos unas líneas más arriba, la palanca de cambios manual va asociada al embrague, que tiene que pisarse con el pie izquierdo para que así motor y ruedas se liberen de la transmisión y se pueda cambiar de marcha.

 

Las marchas van indicadas mediante números, que suelen ir del 1 al 5 o 6, en los modelos más modernos. La primera será la marcha más lenta, con la que se deberá arrancar, y también la más potente. Esta irá aumentando en función de la velocidad hasta llegar a la marcha más alta, para conducir a la máxima velocidad permitida. Además, cuentan con la marcha atrás, señalizada con una R de reverse, que puede cambiar de posición en la palanca en función del modelo (hacia adelante o hacia atrás, hacia arriba o hacia abajo).

 

El consumo en un coche manual

El consumo suele ser menor en un coche manual que en uno automático, como indicábamos. La diferencia puede estar en torno al 5 %. Pero esto puede variar en función de si el coche es gasolina o diésel, así como de los años de circulación que tenga: por regla general, a mayor cantidad de años mayor consumo.

El hecho de que consuma menos puede no ser rentable si pensamos que suelen tener más averías. Un coche automático hace sufrir menos a su parte mecánica. Eso sí, una avería en un coche automático implica un desembolso mayor que la misma en uno manual, y también necesita de revisiones más exhaustivas. En función de lo que valores habrás de elegir uno u otro.

 

coche automatico en carretera

 

Beneficios de un coche manual

Una de las principales ventajas de contar con un coche de estas características es, sin duda, el precio. Son más baratos que los modelos automáticos, por lo que, si tu principal requisito a la hora de adquirir un vehículo nuevo es el presupuesto, seguramente optes por un coche de cambio manual. La diferencia puede rondar los 2.500 euros, aunque dependerá del modelo de vehículo.

Otro de los beneficios es que el coche se comportará como el conductor desee, de manera que el control sobre el vehículo está asegurado. Esto implica también el consumo de combustible: se podrá usar el freno motor cuando así se estime oportuno (por ejemplo, en una bajada pronunciada), al contrario de lo que ocurre con el coche automático, así como ajustar las revoluciones a las que se quiera circular.

Esto está directamente relacionado con una mayor precisión en la conducción. El embrague suele ser una cuestión casi personal de cada coche, por lo que el conductor deberá hacerse a él en cada máquina. Una vez conseguido, se comportará como él quiera. Las maniobras a punta de gas, por ejemplo, son una experiencia reservada para los que eligen el coche manual.

 

La experiencia de conducción en un coche manual

Los amantes de la conducción tradicional dirán que no hay nada comparado a conducir un coche de toda la vida. De hecho, son muchos los que tienen especial pasión por pilotar modelos antiguos, ya que su mecánica funciona y se siente de forma diferente. Por eso la experiencia de conducción en un coche de este tipo puede ser muy satisfactoria para los que prefieran sentir el poder del coche a través del cambio manual. Es bien cierto que el control es mayor que en un coche automático; con estos coches, máquina y humano tienen una conexión mucho más directa. El conductor puede llevar el vehículo al punto que él quiera y jugar con él de manera que lo sienta como una prolongación de su propio cuerpo.

 

¿Elijo un modelo automático o manual?

 

El coche automático ofrece un uso más sencillo, sin tensión, en el que prima la seguridad. Se trata de máquinas con un precio más elevado, que deben pasar revisiones más exhaustivas y cuyas reparaciones son más costosas, aunque mucho menores en número. Además, su consumo es ligeramente mayor al de un coche manual, pero esto se compensa con la experiencia ágil y liviana de conducir un coche de este estilo.

Por su parte, un coche de cambio manual es un vehículo tradicional que preferirás si eres un apasionado de la conducción. La experiencia que ofrece este tipo de coche es de un control total sobre la máquina, consiguiendo una conexión total con el conductor. Son más baratos en el momento de compra y suelen consumir menos (aunque eso dependerá en gran medida del modelo y kilometraje), aunque sus averías suelen ser más frecuentes. Respecto a los coches automáticos, implican un proceso de aprendizaje mayor para el manejo de la palanca de cambios junto con el embrague.

Si hemos de hacer caso a los fans y detractores de unos y otros, coches automáticos y modelos manuales estarían en las antípodas el uno del otro. Sin embargo, esto no es así: lo único que está claro es que, en función de tus preferencias y experiencia, te será más natural y cómoda una forma de conducción u otra.

Si has llegado hasta aqui, espero haber resuelto todas esas dudas que podrías haber tenido en un principio, aún así nuestro equipo esta a tu plena disposición para elegir el modelo que más se adapte a tus necesidades. Te esperamos en nuestra red de concesionarios BMW del Grupo Momentum Motor